El cuello de los perros, al igual que el nuestro, está lleno de estructuras vitales y muy delicadas: arterias, vías respiratorias (tráquea) y aparato digestivo (esófago), glándulas (como el tiroides y glándulas salivares por ejemplo), los conductos auditivos están en la parte alta del cuello (ahí donde a muchos les da por poner los collares de ahogo) y por supuesto vértebras y la médula espinal. Por eso la elección de un collar o arnés apropiado es tan importante para el bienestar de nuestro perro.
Yo uso collar con mis perros. Lo llevan puesto siempre con su identificación por si se pierden (evitar llevar mil chapas tintineantes; la salud mental de tu perro lo agradecerá), pero ya no lo uso para enganchar la correa de forma habitual para pasear aunque Luca no tira. Simplemente, he encontrado una herramienta que me gusta más y de la que os hablo más adelante.
En caso de elegir un collar para tu perro elige uno ancho en función del tamaño del perro. Es preferible pasarse de ancho que que sea demasiado estrecho. Lo ideal sería que un collar fuese del ancho de dos vértebras de tu perro. Con un collar ancho, en caso de que se produzca un tirón fortuito, la fuerza del mismo se reparte. Si tu perro tira de la correa, si pega tirones cuando ve perros o personas (aunque sea puntualmente) o si tú tienes tendencia a pegar tirones a modo de corrección, existen otras alternativas más amables contigo y con tu perro (aunque deberías plantearte seriamente eliminar ese mal hábito).

Si usas collar que sea de un material acolchado y cómodo y preferiblemente con cierre de hebilla, mucho más seguro (los de «click» suelen partirse con el uso justo en el momento más inoportuno). Es importante que el collar esté bien ajustado, ni muy holgado ni muy justo. Debe ser cómodo para nuestro perro, pero no debe poder salirse por la cabeza. Especialmente importante es ajustar bien el collar cuando tenemos perros con reacciones imprevisibles (fobias, reactividad, etc.) o si no conocemos aún al perro (en caso de acogidas, rescates y recien adoptados). En éstos casos especiales incluso es recomendable usar dobles sistemas de seguridad (doble collar y doble correa, arnés y collar y doble correa, etc.).
Los arneses los hay de todos los colores y sabores posibles. Yo los voy a clasificar en dos grupos: los que llevan el enganche para la correa en la espalda y los que llevan el enganche para la correa en el pecho.
Hay «millones» de modelos de arneses con el enganche en la espalda. ¿Cuál elegir? Debes elegir uno acolchado y ancho. Es muy importante que si el perro tira el arnés NO presione el cuello, sino que la fuerza se reparta por el tórax. Para ello elige preferiblemente los que tengan una pieza longitudinal que siga la columna y otra que siga el esternón de tu perro (éstas piezas unen la cincha que rodea el pecho y la que rodea el tórax). Es muy importante elegir bien la talla y que el arnés quede bien ajustado en todas sus partes (como referencia general sólo debemos poder pasar un dedo por debajo de las cinchas con el perro sentado). Un arnés holgado puede provocar rozaduras y molestias. Y además hay perros «Houdini» que son capaces de zafarse de un arnés mal ajustado como auténticos magos.


Yo uso arnés con enganche en la espalda para viajes cortos en coche (junto con un enganche homologado a los cinturones de seguridad) y para trabajar olfato, aunque en éste último caso también es válido el collar. El arnés no hace que los perros tiren más, sino que hacen que el tirar sea más cómodo (tiran de pecho, con más fuerza y no se hacen daño). Que un perro tire de la correa es un problema de aprendizaje y autocontrol: DEBES enseñarle a no hacerlo (por su bien y el tuyo: es un agobio pasear a un perro que tira constantemente) o acudir a un profesional.
Una herramienta fantástica que nos ayudará muchísimo a enseñar a nuestro perro a no tirar son los arneses con el enganche en el pecho o arneses anti-tiro. En muchos casos su efecto es «mágico» y basta con ponerlo para que los perros dejen de tirar. En otros requiere un poquito más de implicación y trabajo por parte de los propietarios.
Mi primera elección es el arnés Sense-i-Ble; es mi herramienta favorita desde que la conocí por su utilidad, diseño sencillo y cómodo; recomiendo a todo el mundo éste arnés y por supuesto es el que usa Luca para pasear. Es muy importante elegir correctamente la talla y ajustarlo bien al principio. Una vez ajustado sólo hay que salir a pasear. Al llevar la anilla en el pecho, si hay un tirón repentino, el perro se gira 180 grados, desenfocándole de «su objetivo» y dándonos la oportunidad de controlarlo con más facilidad. Si el perro tira moderadamente, adelantándonos, nosotros le corregimos tensando la correa un poco hacia arriba. De forma más amable, sin dañar a nuestro perro, aprenderá a no tirar. Eso sí, recomiendo que los dueños aprendan un poquito de manejo con la correa y no se vende habitualmente en tiendas de mascotas o veterinarios, sino en tiendas especializadas en adiestramiento canino como Family Dog.

Para perros más brutos o muy grandes en relación a su guía podemos usar el arnés Easy Walk. Me gusta menos que el Sense-i-ble por que lleva varios cierres y me parece más farragoso. Por lo general también suele ser más caro. La principal diferencia es que la anilla del pecho va montada en una cincha tipo Martingale, de forma que, correctamente ajustado, si el perro tira esa cincha se cierra y dificulta al perro la movilidad de las patas delanteras. Hay gente que lo considera «aversivo» por ello, pero creo que es exagerar un poco.
Como ves hay muchas herramientas para llevar a tu perro seguro y relajado de paseo, pero nada sustituye el tiempo que dediques a enseñarle buenos hábitos a tu perro. Éstas herramientas son para el paseo; recuerda quitárselas a tu perro al llegar a casa para que esté más cómodo.
¿Cuál es tu preferida? ¿Conoces alguna otra? ¿Y tú cómo conseguiste que tu perro dejase de tirar?
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