El paseo de su vida!

El paseo con nuestro perro es la actividad más importante de todas.

Esto es como un mandamiento, un mantra, algo que debes grabar a fuego en tu mente. Lo siguiente es cambiar el concepto que tienes de «pasear al perro» por «pasear con tu perro». Parece algo insignificante, pero en la mayoría de los casos marca la diferencia entre una fantástica relación humano-can y viceversa o el desastre.

Todas las razas de perros necesitan pasear!

Otra cosa que suele pensarse es que un chihuahua es feliz yendo en un bolso o en brazos. Pues malas noticia Paris Hilton! Aunque el bolso sea de Prada, un chihuahua debe pasear al menos una hora diaria. Perros son perros. Sean del tamaño que sean. No hay nada que más agobie a un perro que que le constriñan y le impidan la libertad de movimientos; en cristiano: que lo abracen. Ahora pensad en todos esos pobres perritos con cara de lástima que lleva la gente en brazos y que al intentar acariciarlos te intentan morder. Lógico. Les tienen prisioneros y encima todo el mundo quiere tocarlos! Yo haría lo mismo! Mi bichón Dina, pasea a diario con Gómez, el galgo, y Luca; unas tres horas mínimo al día.  Cuando paseo en manada, llevo perros de todos los tamaños y colores. Y os aseguro que un humano se cansaría muchísimo antes que un chihuahua, un yorkie o un pomerania!

Pero qué manía con llevarnos en brazos!

Aclarado ésto entremos en materia:

Como cualquiera de las actividades que realizas con tu perro, ésta debe tener una estructura. Ésto significa para empezar que pasear al perro NO es dejarlo correr como loco en el jardín, la finca del chalé o el parque para perros durante dos horas. Es uno de los comentarios que más oigo: «mi perro se puede tirar corriendo en el parque tres horas y no se cansa! Llegamos a casa y quiere que juegue con él a la pelota o se pone a romper cosas!». Las personas que dicen ésto, por lo general, además de dejar a su perro a su libre albedrío, interactúan poco con él o lo hacen de manera incorrecta. Poca gente se dedica a jugar con su perro en el parque para perros: ves jóvenes pelando la pava, corrillos de gente charlando mientras los perros andan por ahí, otros deseando que el perro haga sus cosas para irse a casa… pero poca gente va al parque con un plan! Así que empecemos!

1. Hay que ser realista y darle al perro toda la actividad física regular que nos podamos permitir. REGULAR. No sirve sacarle tres horas este «finde» para compensar que esta semana he tenido muchas reuniones y sólo le he podido sacar 20 minutos por las noches. Tener un perro es un compromiso y, aunque ésto deberíamos haberlo pensado antes de tener perro, lo cierto es que cuando alguien me dice es que «me levanto a las seis para ir a trabajar» mi respuesta no puede ser otra que «levántate a las cinco y media». Con una hora diaria de paseo podemos conseguir que nuestro perro esté tranquilo en casa. Una hora. Si no puedes dedicarle ese tiempo a tu perro puedes pensar en contratar a un profesional que lo saque a pasear. También empiezan a proliferar los centros de día para perros en nuestro país. Lo ideal en cualquier caso es pasear uno mismo con su perro, por que el paseo es más que que el perro haga sus necesidades y algo de ejercicio; el paseo es el sucedáneo de salir con la manada por ahí, nos une a nuestra mascota, nos ayuda a establecer una relación de respeto mutuo y confianza.

2. El paseo comienza antes de salir de casa y finaliza después de entrar en casa. ¿Obvio no? Pues muchos perros no tienen ni idea de cuando comienza y acaba esta actividad por que sus propietarios no saben indicarles el inicio y el fin de la misma. Y esto también es importante: el humano inicia y termina todas las actividades incluido, por supuesto, el paseo. Hay gente que comienza el paseo con mucho aplomo, con su mascota relativamente tranquila, pero llegan al parque o toman el camino de regreso a casa y su mascota ya no está bajo su control: va de un lado a otro olisqueándolo todo, saltando sobre la gente para «saludar», tirando de la correa «por que tiene ganas de volver». Hay otras personas que comienzan el paseo de forma caótica por que su mascota está tan excitada por salir que les resulta imposible controlarla; después de algo de ejercicio les resulta más fácil volver a casa con el brazo en su sitio y la mascota relativamente controlada. Sin embargo lo ideal sería controlar la actividad de principio a fin, y para ello es fundamental tener muy claro cuando se comienza y cuando se termina el paseo. En mi caso comienza desde el momento que yo me pongo el abrigo y cojo las correas y las bolsas y finaliza cuando, una vez dentro de casa les quito las correas. Es muy importante no anunciar el paseo a bombo y platillo. No hablar en exceso pregonando que «nos vamos a la calle» y esas cosas. Eso excita más a nuestro perro. El paseo debe empezar y terminar en calma. Yo, por ejemplo, no pongo ni quito la correa a un perro que está nervioso; deben estar tranquilos, sin lloros, pupilas de tamaño normal, etc. Hay que tomarse el tiempo necesario las primeras veces, pero notaréis la diferencia entre comenzar así y comenzar de forma caótica.

3. El perro camina siempre a nuestro lado o detrás de nosotros. ¿Cuánta gente veis por la calle capaz de mantener a su perro a su lado de forma relajada? Enseñar al perro a no tirar es probablemente una de las lecciones que más les cuesta a los propietarios. Pero que el perro vaya a tu lado significa mucho más que que no tire de la correa; para el perro es un ejercicio de autocontrol; el humano marca una pauta, una norma, y el perro debe respetarla y esforzarse por hacerlo. Por eso caminar con la correa puede llegar a cansarles más que dejarles correr sueltos: es un ejercicio físico e intelectual, cognoscitivo, mental, o como queráis llamarlo. En cualquier caso, el cerebro es uno de los órganos que más energía consume y si no preguntadle a cualquiera que haya hincado codos de verdad cómo termina después de horas de estudio: agotado! Conseguirlo no es difícil, es cuestión de firmeza y paciencia! Para empezar el perro no sale de casa, ni en general atraviesa ninguna puerta, cancela o estrechez por delante de nosotros; podéis utilizar las piernas balanceándolas lateralmente para señalar el límite a vuestro perro y ligeras correcciones con la correa en el momento apropiado para conseguirlo. Es más útil ésto que el lenguaje hablado, que lo único que transmite a nuestro perro es nuestra frustración en la mayoría de las ocasiones. De hecho yo personalmente reservo el lenguaje hablado para dar afecto más que otra cosa, no para educar.

Un paseo frustrante dará lugar a menos paseos y a más problemas de comportamiento en nuestro perro.

4. Dale unos minutos de esparcimiento. Si tienes la suerte de vivir en un lugar con espacios donde poder soltar a tu mascota de forma segura ¡enhorabuena! Si no, es preferible no soltarlo hasta que no afiances la orden de «llamada» para hacer que tu perro regrese. No pasa nada por no soltar al perro en una temporada siempre y cuando le des buenos paseos (buenos en calidad y regularidad, no necesariamente en cantidad!). A cambio debes dejarle un rato con algo más de correa para husmear y explorar y moverse un poco a «su bola». En ese rato es cuando hará sus necesidades, o al menos cuando debería hacerlas. Hay perros que nada más salir se alivian, otros necesitan caminar un rato. Adáptate a las necesidades de tu perro y poco a poco, ve llevándole a los sitios donde quieres que haga sus necesidades para ser lo más cívico posible. Por ejemplo, hay perros mayores que lo harán nada más salir a la calle, pero no es difícil enseñarles a que en lugar de en la acera lo hagan en el asfalto. Yo no permito que  los perros que paseo orinen en coches, farolas, mobiliario urbano… Sólo les dejo hacerlo en árboles y césped, aunque sea una cuadrícula que rodea un arbolito. Aunque los orines no se recojan son desagradables, por eso debemos educar a nuestra mascota a que evacue en el lugar menos molesto para todos. Y por supuesto lo mismo para las heces; aunque las recojamos no está de más educarles a hacerlas en lugares lo menos molestos posible por si algún día, por ejemplo, tienen diarrea y es imposible de recoger! En cualquier caso esta «paradiña» en el paseo debe ser proporcional al tiempo de paseo total y siempre mucho inferior. Vamos, que si lo sacas 20 minutos, no debes dejarle husmear los 20 minutos: camina 15 y que olfatee 5, por ejemplo. Si paseas una hora, déjale husmear 15. En este periodo es cuando se puede aprovechar para jugar con el perro: con la pelota, a buscar chuches, etc. Como siempre, todas las actividades las inicia y termina el humano y han de estar estructuradas! No lo olvides! 😉

5. Observa a tu perro y adáptate a sus necesidades en la medida de lo posible. Dar una guía sobre cualquier cosa relacionada con perros no es fácil; lo normal es que cada perro tenga sus necesidades respecto al tiempo de paseo, tipo de actividad, etc. Los cachorros necesitan variedad para socializarse, los activos retos físicos y mentales para saciarse, los abueletes paseos cortos y frecuentes, tranquilidad y rutinas muy marcadas… Sin embargo, intentar que el dueño de un perro sea 100% objetivo es complicado. Cuando empiezas a ceder y a no exigir a tu perro cosas que sabes que deberías hacer, pregúntate si lo haces realmente por su bienestar o por tu comodidad. Me explico con comentarios reales:

  • «mi perrita es muy asustadiza, por eso la llevo en brazos; la dejo en el suelo para que haga sus cosas y luego la llevo de nuevo a casa»
  • «Está engordando, pero es que se niega a andar! No hay manera!» (Hablaba de una yorkie de unos 600gr. a la que llevaba en brazos)
  • «Uhhh! Está muy mayor. Ya no sale de casa. La dejo que lo haga todo en la terraza.» (Bulldog, 14 años)
  • «Me ha tirado al suelo un montón de veces! Así que lo saco lo justo, por que es que no puedo con él!» (Mestizo, 3 años)
Y si realmente amas a tu perro y no sabes cómo ayudarlo, contacta con un profesional.

Estas pautas, aunque son muy generales, os deben dar una idea de qué cosas podéis cambiar en el paseo con vuestro perro para conserguir:

  • Reforzar la confianza y el respeto mútuos
  • Que esté más tranquilo y relajado durante el resto del día
  • Sentar las bases para iniciar el adiestramiento básico o cualquier otro tipo de adiestramiento.
  • Sentar las bases para tratar cualquier conducta no deseada en tu perro (con un perro tranquilo y relajado es más fácil trabajar para modificar una conducta)
  • Y en definitiva, para tener una convivencia más feliz y plena con tu mascota! Disfrútala!

 

OpinanDog! Cuéntanos tu actividad favorita durante el paseo, tu truco para que tu perro no tire de la correa o cualquier cosa que creas que merece la pena compartir sobre el paseo!

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