Igual que las personas manejamos el espacio en nuestras relaciones interpersonales en función de la familiaridad y el contexto, los perros también lo hacen. Mantener la distancia apropiada es una forma de comunicación no verbal que está modelada por el aprendizaje y la Cultura de la que se provenga.
En los perros las distancias son más amplias que en humanos. De ahí que los humanos, que normalmente desconocen ésta característica de la especie, suelan forzar a sus perros a interactuar con otros perros o humanos más allá de la distancia que al perro le resulta segura y confortable, provocando conflictos que se manifiestan de diversas formas.
El perro, al igual que el humano, es un animal social. Ésto significa que vive de forma colaborativa con otros miembros de su especie. Sin embargo, debido a la relación simbiótica entre perros y humanos, ésta capacidad de trabajar en equipo se extiende a los humanos que forman parte de su familia. Por eso perros y humanos pueden trabajar juntos para detectar sustancias, encontrar personas, etc.
Sin embargo las relaciones sociales tienen lugar en el espacio y, el uso del espacio para relacionarnos entre nosotros influye en nuestra conducta. Por ejemplo, si alguien desconocido se te echa encima en la calle para darte un abrazo, probablemente lo apartes de un empujón de forma brusca. Si alguien se acerca para preguntarte una dirección amablemente, pero se acerca tanto que sientes su aliento en la cara, probablemente trates de ser breve en tus indicaciones y «quitártelo de encima» ya que te hace sentir incómodo. Si alguien en el lado opuesto de un paso de peatones empieza a saludar y agitar los brazos, aunque no lo conozcas, probablemente intentes comunicarte con él por signos (¿es a mi?) o mires a tu alrededor buscando al destinatario de semejante despliegue gestual.
Se pueden definir tres distancias de relación social en el perro:
- DISTANCIA DE ATENCIÓN SOCIAL. Es la mayor distancia en la que los miembros del grupo pueden comunicarse. Está limitada por la percepción sensorial de los individuos, es decir, si se huelen, oyen y ven a esa distancia. La distancia de atención social varía en función de lo agrupados o dispersos que estén sus miembros. Aquí los perros pueden comunicarse, pero la comunicación es más burda ya que a esa distancia señales más sutiles no pueden ser percibidas. En ésta distancia se desarrollan actividades colaborativas (caza, juego) y se emiten señales de interés para el grupo, como las advertencias de peligro.
- DISTANCIA INDIVIDUAL. En perros ésta distancia es de unos 2 o 3 metros (en humanos puede variar entre los 60-100cm aproximadamente). Varia en función del individuo y el contexto. Es la distancia óptima para entrenar con nuestro perro. Es aquí donde se establece una interaccion social más directa entre individuos y la comunicación es más precisa. Haciéndo una analogía con nosotros, los humanos, es la distancia óptima para mantener una conversación con otra persona. Es también la distancia perfecta para iniciar las presentaciones entre perros, respetando el espacio individual de cada uno y permitiendo que desarrollen sus habilidades de comunicación con otros individuos. No debemos forzar el acercamiento, ni obligarles a olerse ni nada parecido. Debemos favorecer que, si los perros se acercan, el acercamiento sea lateral, no frontal. Una buena presentación es aquella que permite al perro decidir si quiere inteactuar con el otro o no y favorece que los perros aprendan a respetar el espacio de los demás.
- DISTANCIA CRÍTICA/ÍNTIMA. Algunos autores la desglosan en Distancia de Seguridad y Distancia de conflicto. Es la distancia necesaria para que un perro se sienta agredido o en peligro. En éste espacio el perro se siente afectado emocionalmente de forma negativa. Es por ello que muchos perros se encogen y agachan las orejas cuando les damos un masaje o pasamos por un sitio estrecho. Yo, por ejemplo, cuando cruzo calles anchas en las que hay una mediana donde el peatón puede esperar a que se ponga en verde, evito cruzar con mis perros si veo que me voy a quedar ahí; si la mediana es estrecha, un metro por ejemplo, los coches pasan muy cerca y mis perros (algunos más que otros; evidentemente existen diferencias individuales) se estresan, se asustan y no están del todo cómodos por que perciben la situación como peligrosa. A mi me gusta llamarla distancia íntima, por que entiendo que es el espacio en el que el perro deja entrar sólo a individuos de su elección. En ésta distancia es donde, los individuos más afines, se acicalan, descansan juntos o permiten conductas como la monta o el olisqueo y/o lamido persistente que, a individuos fuera de éste círculo íntimo, no les permitirían. Ésta distancia es la que debemos enseñar a no invadir jamás a los niños, que a menudo quieren saludar a los perros con un abrazo (al modo humano) mientras que para el perro es antinatural, estresante y muy invasivo. De hecho, en mi opinión, los niños deberían aprender a no acercarse a un perro más allá de su distancia individual y permitir, si ambas partes quieren, que sea el perro el que se acerque para ser acariciado o saludado (aquí los perros nos dan mil vueltas interpretando el lenguaje no verbal).
Éstas distancias varían en función del individuo y el contexto. Por ejemplo, la distancia individual es mayor si el perro va de la correa; de ahí que sea más normal que se pongan nerviosos y ladren a un perro que se aproxima cuando van atados o que no sea buena idea permitir que un perro suelto se acerque a otro que va atado.
La mejor manera de conocer las distancias en las que tu perro se siente seguro es obsevando su lenguaje y aprendiendo a interpretarlo. De ese modo sabremos distinguir cuándo nuestro perro se siente cómodo y relajado ante un estímulo u otro perro o si debemos alejarnos. Aprender a trabajar con las distancias es fundamental cuando se tiene perro, especialmente, si ya ha desarrollado algún problema de conducta como fobias, reactividad o agresión. Un buen manejo de las distancias de relación social favorece una buena socialización de nuestro perro y evita que desarrollen determinados problemas de conducta.